Hay muchas enfermedades que pueden afectar múltiples estructuras dentro del cuerpo, incluso, hay afecciones que se suelen confundir con otras muy parecidas, pero que tienen también muchas diferencias.
Este es el caso de los linfedemas; una enfermedad que aparece en el sistema linfático, de la cual muchas personas suelen ignorar su existencia.
A pesar de que no es mortal y tiene fácil tratamiento, es posible que se conlleve a complicaciones y termine en consecuencias bastante graves.
Por ello, es importante conocer de qué manera actúa y cómo tratarla mediante métodos y técnicas fáciles.
Índice de contenidos
¿Qué es el sistema linfático?
El sistema linfático forma parte del aparato circulatorio humano y está encargado de transportar hacia el corazón la linfa, un líquido blanquecino a través de los vasos linfáticos o los canales linfáticos, los cuales también están distribuidos por todo el organismo.
Este mecanismo se lleva a cabo con el objetivo de realizar una limpieza de la sangre y filtrarla de la manera correcta para seguir con su bombeo desde el corazón.
Por lo general, no suele manifestarse de ninguna manera, a diferencia del sistema cardíaco que emite las pulsaciones.
Sin embargo, pueden ocasionar problemas o generar enfermedades como los linfedemas venosos si el paciente es sometido a algún tratamiento usando radiación, cirugías o cualquier intervención.
¿Qué son los linfedemas?
Entonces, ¿qué son los linfedemas?
Estos no son más que una acumulación de este líquido llamado linfa, en los canales linfáticos de una zona en particular.
Se le considera un tipo de edema que ocurre debido a un fallo en el funcionamiento del sistema linfático, centrándose y acumulándose entre las zonas intercelulares que son difíciles de acceder por los organismos o médicos.
El líquido que transporta está compuesto por múltiples nutrientes, proteínas y más elementos, y se conoce como linfa.
Cuando la circulación de la linfa sufre una obstrucción, el tejido celular comienza a experimentar una hinchazón y un cambio repentino de la coloración de la piel a tonos morados y azules.
Esta hinchazón, puede prolongarse un tiempo, extender el espacio o zona que afecta y aumentar la inflamación a medida que se sigue acumulando en la parte del cuerpo que fue afectada por el fallo en el sistema linfático.
Si este se agiganta, extiende su tamaño y se complica la enfermedad, puede generar cualquier tipo de infección la cual puede generar otras enfermedades muchísimo más graves que esta.
¿Cuál es la diferencia del Edema y Linfedema?
Es cierto que estas dos afecciones son muy parecidas, y no es de menos, pues un linfedema es un tipo de edema que se produce en el sistema linfático.
Sin embargo, una diferencia clara está relacionada con el lugar en que se produce el fallo sistemático.
Los edemas, se producen a medida que el sistema circulatorio sufre un fallo, el cual acarrea a la acumulación de líquido, en este caso sangre en las zonas del cuerpo.
Mientras que los linfedemas, ocurren en el sistema linfático y se habla de la linfa.
Sin embargo, ambos se deben drenar para resolver la situación y prevenir complicaciones.
¿Cómo trabaja el sistema linfático?
A través del sistema linfático, el cuerpo realiza un drenaje de líquidos, toxinas, desechos e impurezas del organismo, a su vez limpia la sangre y la filtra en colaboración con el sistema circulatorio.
Sin embargo, el sistema linfático, tiene mucho más trabajo que el sanguíneo, pues el primero se encarga de transportar todos los desechos de gran tamaño, incluyendo las defensas que tiene el cuerpo y trasladando también los glóbulos blancos que existen en la linfa.
El sistema circulatorio recoge impurezas de menor tamaño y, por lo que, si el sistema linfático sufre algún error o fallo, sufriendo un trastorno de cualquier tipo, el proceso de drenaje de las impurezas se cae y el linfedema comienza.
Este fallo del cual se ha hablado puede tener como causas cualquier tipo de agente que pueda intervenir en el desarrollo del sistema, tal como un tratamiento contra el cáncer de mama, ganglios u otros, o de lesiones de cualquier tipo.
Manifestación de los linfedemas
Los linfedemas venosos logran manifestarse de una manera sencilla en el cuerpo humano, pues uno de sus principales síntomas es realmente notorio sobre la piel.
Cuando un paciente sufre de un linfedema, la piel empieza a hincharse, estirarse y a cambiar su color a medida que la acumulación aumenta justo en donde se produce la obstrucción del flujo linfático.
El crecimiento de tamaño de un linfedema puede variar dependiendo de muchos factores. Sin embargo, el principal es el funcionamiento del sistema de acuerdo a la persona que lo sufre, pues no todos tienen el mismo metabolismo y la producción de linfa es diferente.
Cuando se padece esta condición la observación constante es clave, ya que su desarrollo y crecimiento puede variar rápidamente y generar complicaciones.
¿Qué clases de linfedemas existen?
En la medicina se identifican dos tipos de linfedemas particulares, y que se encuentran identificados de acuerdo a la causa que ocasiona el fallo en el sistema linfático que da paso a la formación del linfedema. Estos son el primario y el secundario.
- El linfedema primario tiene como causas principales el mal funcionamiento de los ganglios o los conductos linfáticos. Ellos se deben encargar de transportar las proteínas y los nutrientes. Sin embargo, si no funcionan de la manera correcta se pueden producir un linfedema de este tipo.
- El linfedema secundario, se deben todos aquellos agentes externos e invasivos que se presentan como causas activas del linfedema. El trastorno viene dado cuando el fallo se produce por una cirugía o intervención por algún tratamiento.
De una manera más común, los fallos en el sistema linfático por un agente externo, se deben en su mayoría a los procedimientos que se realizan con el objetivo de extirpar los ganglios ya sea porque poseen células cancerígenas o por alguna otra razón linfática.
Sin embargo, sea el tipo que sea, ambos tienen una curación rápida, aunque con una aparición espontánea e inesperada. Toda persona puede padecer de ella, aunque a partir de la tercera edad es donde se ven más casos de linfedemas.
¿Los linfedemas y edemas cómo se tratan?
Al momento en que aparecen los linfedemas, deben ser tratados con la mayor rapidez posible, puesto que pueden aumentar de tamaño en cualquier momento y de esta manera generar infecciones dentro del cuerpo. En todo caso, es necesario conocer la manera indicada de tratarla para lograrlo con total eficacia.
En los casos que no son considerados como graves o complicados, los linfedemas venosos pueden ser tratados mediante terapia.
Con el objetivo de recuperar la circulación de los líquidos linfáticos en el cuerpo humano, así como para disminuir la inflamación producida por la acumulación de la linfa.
Además, hay más técnicas y procedimientos a seguir que favorecen a los edemas y linfedemas en su drenaje, tales como la terapia descongestiva que se realiza con regularidad, usando técnicas que normalicen y estimulen la normalización del sistema linfático y sus funciones.
La fisioterapia por ejemplo, hace uso de más métodos como el drenaje manual de la linfa.
Con él se extrae el líquido de forma manual, y los cuidados básicos de la piel, incluida su hidratación y limpieza de manera correcta y exhaustiva.
¿Cómo influye la cavitación y la presoterapia en el tratamiento?
Además de lo anterior, la cavitación y la presoterapia pueden emplearse para llevar a cabo el drenaje de los líquidos del sistema linfático cuando se sufre un linfedema y estos están estancados en los vasos linfáticos.
Con estos dos métodos, el riesgo de padecer de complicaciones graves en relación con los linfedemas son reducidos notoriamente, favoreciendo la salud de cada persona de una manera natural y sin intervenciones quirúrgicas.
La cavitación se encarga de deshacerse de los materiales grasos, así como de todo tipo de toxinas que se encuentren en el organismo, incluyendo en el sistema linfático y la sangre. Mientras que, con la presoterapia al paciente se le aplican diferentes puntos de presión por nivel, estimulando el cuerpo y favoreciendo al drenaje linfático de una manera correcta.
Muchos terapeutas consideran a estas dos terapias necesarias para alcanzar una completa recuperación, incluso si la hinchazón ya ha bajado y la coloración azulada o morada ya desapareció.
Estas técnicas ayudan a la eliminación de toxinas, así como en el drenaje de los líquidos. Por lo que, al someterse a ellas, se pueden ver resultados completamente favorables en poco tiempo, lo que las hace unas terapias de fama entre el tratamiento de los linfedemas.
Cuidados que deben realizarse
La mejor manera de cuidar el sistema linfático, así como los edemas es estimulando la relajación de todos los músculos, especialmente los de la zona involucrada.
De esta manera, se favorece al flujo de los líquidos entre ellos, favoreciendo la eliminación del linfedema o el edema que causa la obstrucción de la circulación de fluidos.
Una buena forma de hacer es relajando las piernas elevándolas al nivel del corazón.
Esto no solo ayuda al sistema linfático, sino también al cardíaco y a reducir el estrés acumulado del día.
Algo muy importante es que el edema no puede ser expuesto al sol de manera prologada, es necesario cubrirlo o simplemente permanecer bajo una sombra.
Se debe cuidar de sufrir otras lesiones o traumatismos sobre un edema, ya que pueden llevar a una fase de complicaciones, debido a que el tejido está débil y puede sufrir un desgarre.
Lo más recomendado es mantener en reposo para la prevención de casos críticos.
Por último, la limpieza frecuente de la zona afectada es clave para evitar infecciones superficiales de la piel.
Además de mantener hidratada la zona para prevenir desgarres, para esto crema se puede usar cualquier crema, sin embargo, existen fórmulas específicas que favorecen al tránsito de los líquidos en el cuerpo.
¿Cómo se diagnostica un linfedema y un edema?
En muchas oportunidades, los linfedemas o edemas pueden llegar a ser confundidos por algún tipo de tumor en el cuerpo, específicamente en las piernas o muslos, por lo que es necesario un estudio profundo para identificarlos.
Los especialistas pueden realizar tomografías computarizadas, así como resonancias magnéticas para observar de manera profunda la acumulación de líquido y llevar a cabo el diagnóstico de la enfermedad.
Estas imágenes ayudan a identificar a los linfedemas venosos, así como las linfografías isotópicas, utilizando radiación.
¿Cómo reducir el riesgo de desarrollar linfedema?
Al hablar de maneras o métodos de prevención o disminución de riesgos para los linfedemas, hay bastantes tópicos que tratar, ya que existen ejercicios y procedimientos que se pueden realizar incluso desde casa para lograrlo.
En primer lugar, es importante dejar el estrés y los malos hábitos, tales como el tabaco o el exceso del alcohol.
Estos añaden toxinas que hacen que el sistema linfático tenga que utilizar más de sus recursos y colapse.
Además de mantener una buena dieta y alimentación, ya que así se reducen las grasas y la linfa puede llegar a ser menos densa.
Por parte de métodos técnicos, asistir a sesiones de presoterapia así como de cavitación, favorecen a estimular el sistema linfático, no solo cuando se posee un linfedema, sino en todo momento, lo cual ayuda a mantenerlo activo.
Así como el uso de medias de compresión, que sin duda hacen que el trabajo sea más fácil.
Por último, el consumo de medicamentos como los diuréticos se receta si hay antecedentes familiares o personales de linfedemas, ya que ayudan en la no acumulación de líquido.